Bajo este nombre, presentamos en la XVI Jornadas de Béjar un taller de dos horas de duración con el fin de dar a conocer, y a su vez generar y transmitir la necesidad e importancia de disponer de los conocimientos necesarios y las herramientas adecuadas para emplazar la AEA cuando se está cerca de los límites de alcance.

En este caso concreto realizamos el taller con una AEA Metz L-32 y el tema tratado ha sido el emplazamiento para alcanzar la máxima altura de trabajo con este modelo de AEA, bajo cualquier circunstancia de la vía, calle ancha o estrecha, fachadas pegadas o separadas pendientes en sentido longitudinal y transversal, intentando dar respuesta ante cualquier situación del entorno de una intervención.

No son muchas las ocasiones en las que se da este tipo de emplazamiento, pero cuando se da el caso, los bomberos deben de estar preparados para su realización sin ningún tipo de duda, para ello se requiere formación y herramientas.

El día 23 de Julio de 2015 a las cuatro de la tarde, en el municipio de  Coslada se produce un incendio, en la Calle Uruguay nº8 en el décimo piso, a la llegada de la dotación el fuego se encuentra bastante desarrollado sale mucho humo por las ventanas, estas se encuentran abiertas y en una de ellas una mujer mayor pidiendo auxilio. Comienzan las labores normales para la extinción y rescate como en cualquier incendio y todo comienza a complicarse cuando al llegar arriba la dotación que trabaja por el interior se encuentran con la puerta cerrada, se trata de una puerta blindada sin ninguna posibilidad de acceso por el interior nada más que atreves de la puerta.

Todo se complica mucho más cuando la dotación de la AEA tras haber emplazado, y con la AEA desplegada totalmente comunica que la AEA no llega, el objetivo está fuera de su alcance.

Hay que derribar la puerta para acceder a la vivienda y rescatar a esa persona que en principio es lo más prioritario, cuando consiguen derribarla y penetrar en la vivienda un bombero localiza a la señora en una habitación, está ya había respirado mucho humo y el bombero comparte mascara con ella, hasta que son localizados y evacuados, acabando ambos ingresados en el hospital por intoxicación de monóxido.

Simultáneamente a todas estas labores la dotación de la AEA decide cambiar el emplazamiento y probar desde otra posición, dando como resultado que esta vez sí alcanzan el objetivo, pero para entonces ya era tarde, la AEA ya no era necesaria.

El fuego lo apaga la dotación interviniente que trabaja por el interior y el resultado final es un incendio de vivienda más o menos afectada, con dos intoxicados por monóxido de carbono. Un día ingresados en el hospital y como suele decirse aquí paz y después gloria.

¿Pero qué hubiese pasado si el resultado hubiese sido más dramático?

Quizás al día siguiente todos los bomberos de España estarían demandando formación en este sentido.

La formación operativa de las AEA desde mi punto de vista es la asignatura pendiente en la mayoría de los servicios de bomberos, hasta ahora son muy pocos los que la han acometido y están formados y preparados en este sentido.

¿Qué hubiese ocurrido si la AEA en el primer emplazamiento alcanza el objetivo?

Que las opciones y posibilidades en el desarrollo de la intervención hubiesen cambiado.

En principio todos podemos pensar en el rescate con la AEA, pero dadas las circunstancias de este caso concreto al tratarse de una persona mayor quizás no hubiese sido la mejor opción, pero si el resto de opciones de trabajo que nos ofrece la AEA, en principio si se ha realizado la instalación adecuada, un ataque ofensivo exterior para mejorar las condiciones, en segundo lugar nos proporciona una vía de acceso rápido a la vivienda para atender proteger y poner un (rapid-air) a esa persona, para posteriormente evacuarla por la mejor vía. En tercer lugar desde el interior abrir la puerta para que entre el equipo de extinción sin necesidad de derribarla. Estas labores se pueden realizar si se dispone del personal necesario de manera simultánea o en algunos casos incluso cambiando el orden, estas acciones que mejoran sustancialmente la calidad de la intervención, nos quedamos sin poder realizarlas cuando la AEA no alcanza el objetivo.

En el municipio de Coslada hay un gran número de edificios entre diez y once alturas, de ellos entorno a un 70% no son alcanzables para la AEA porque urbanísticamente  cuando se construyeron no se tuvo en cuenta esta necesidad. Estos ante un incendio nos generan un problema al no poder trabajar con las AEA, pero en ningún caso son nuestra responsabilidad.

Otra cuestión distinta es el 30% restante que estos si son alcanzables, pero dependen de nuestro emplazamiento, esta si es nuestra responsabilidad y ahí es donde debemos de estar preparados para dar la respuesta que los ciudadanos esperan de nosotros.

En Béjar este tipo de emplazamiento fue tratado ampliamente en los dos talleres realizados, uno por la mañana y otro por la tarde, allí pudimos comprobar mediante el cuestionario que rellenaron los participantes antes de comenzar el taller, La necesidad de formación que se tiene en este sentido.

A los asistentes espero al menos haberos aclarado alguna duda, haber dado respuesta a las preguntas del cuestionario y estoy seguro que a partir del taller de Béjar, los que participasteis cuando tengáis que realizar este tipo de emplazamiento vais a ver y tener en cuenta cosas que antes no teníais.

Un saludo para todos.